El juego on line ha incrementado el mundo de las apuestas y ha hecho que el perfil de jugador cambie. Ahora es más joven y también más femenino. Jugar de vez en cuando no es malo pero ¿qué ocurre cuando no sabemos parar? Conocer los primeros signos de una posible adicción puede ayudarnos a frenar un problema que puede ser muy grave.
Las apuestas on line han cambiado el panorama de la adicción al juego. Tradicionalmente los juegos de azar se asociaban a los adultos y a las máquinas tragaperras, pero hoy en día el nuevo perfil de jugador es muy diferente. Por una parte, el juego on line ha aumentado y, por otra, se ha reducido la edad de los jugadores, situándose en los 15 años la edad de inicio en el juego. Los datos así lo confirman.
Según el estudio Etudes, realizado por Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, más del 20% de los estudiantes de 14 a 18 años ha jugado con dinero on line y/o presencial en el último año, y según el último estudio realizado por la Unidad de Investigación del Juego de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia, 2 de cada 3 de estos jóvenes tendrían un problema de adicción, un número muy elevado que hace necesario conocer dónde está el límite entre una mera afición y un trastorno psicológico.
Como explica a CuídatePlus José Martín del Pliego, psicólogo clínico y terapeuta cognitivo-conductual del Colegios de Psicólogos de Madrid y de Castilla y León, “hay un tipo de personas que pueden jugar mucho de manera más controlada, asumiendo los riesgos y detectando en qué momento deben retirarse aunque para la mayoría de la población jugar mucho te mete en zona de riesgo para caer en un problema de ludopatía”.
De hecho, “apostar a juegos de azar puede terminar por convertirse en una conducta descontrolada que cause graves consecuencias económicas, personales y familiares, tanto a la persona que juega, como a su entorno”, advierte Núria Aragay, coordinadora del Área de Psicología Clínica del Instituto Brain 360 y de la Unidad de Adicciones comportamentales del Consorcio Sanitario de Terrassa. Además, “con la llegada de las apuestas on line, ha aumentado la facilidad de acceso a estas, aumentando el riesgo de poder acabar desarrollando un trastorno de juego”.
Tal y como señala Fernando Andrés España, psiquiatra en Ivane Salud, en su blog, “las adicciones sin sustancias, como el juego on line, están mejor vistas a nivel social, más normalizadas, pasando incluso desapercibidas. Esto en parte se explica por la dificultad como sociedad para desconectar de las tecnologías”. Las apuestas on line ponen el foco en el jóven y el adolescente.
Como señala el psiquiatra, “el objetivo de las casas de apuestas es la población más joven, la más expuesta y por tanto, la más vulnerable. A esto se le suma cierta inmadurez e impulsividad, así como expectativas de cambio, deseos y fantasías que pueden favorecer su introducción”. A todo esto, es importante recordar que “no es preciso tener grandes cantidades económicas para iniciarse en el juego, a veces incluso sin dinero se puede empezar, pudiendo recibir bonos”.
Signos evidentes
Por todo ello, es importante detectar a tiempo conductas de riesgo y para ello es clave conocer los signos que nos alertan de que algo no va bien y poner medios antes de que el problema se agrave.
“Los signos y los síntomas del juego compulsivo pueden observarse en aspectos como irritabilidad en el carácter; cambios de humor repentinos; mentir sobre las cantidades gastadas en el juego o pedir de manera constante; conducta huidiza o manipulación, entre otros aspectos”, explica la experta.
La ludopatía, describe Pliego, “es una conducta de juego desadaptativa en la que se pueden dar algunos de estos síntomas como”:
Darle muchas vueltas a todo lo relacionado con el juego.
Necesidad de invertir cada vez más dinero para obtener el bienestar deseado.
Intentar dejarlo en repetidas ocasiones, sin éxito.
Malestar intenso cuando la persona intenta no jugar.
Usar el juego para escapar de problemas.
Perder dinero que luego intenta recuperar volviendo a jugar.
Mentir a todo el que le rodea sobre su problema.
Puede cometer actos ilegales para seguir jugando.
Perder relaciones y difícil relación con el trabajo o lo académico.
Contar con alguien que tape esos agujeros que generan sus deudas.
Perfil del posible adicto
Aunque no todos los adictos a las apuestas son iguales y cada uno tiene unas características diferentes, muchos de ellos comparten aspectos similares. Según Pliego, los jugadores suelen “ser personas con acceso al juego o con amigos que juegan; con pérdidas afectivas, con falta de disciplina familiar y que le dan mucha importancia a lo material, con falta de énfasis en el ahorro o en los proyectos económicos, y, en muchos casos, con padres o hermanos jugadores y, a veces, incluso, alcohólicos”.
Como señala Andrés España, además de esto, existe una serie de factores que pueden predisponer a la adicción al juego y las apuestas: “Sufrir determinados problemas psicológicos, tener baja autoestima, tener pocas habilidades sociales o vivir en familias disfuncionales pueden influir, aunque no son factores determinantes”.
Por edad, “los hombres suelen comenzar antes y el tipo de juego preferido también puede cambiar”. No obstante, como señala Susana Jiménez-Murcia, jefe de la unidad de juego patológico del Hospital de Bellvitge, “el juego on line permite que la gente, sobre todo los jóvenes, puedan jugar desde casa, desde cualquier dispositivo, a cualquier hora y, además, es anónimo. Así, “personas (mayoritariamente mujeres) que nunca jugarían en un casino o en una máquina por vergüenza, pueden hacerlo desde su casa para desconectar". Esta experta, ve cómo cada vez llegan más mujeres jóvenes a las consultas con problemas de adicción al juego.
El atractivo que sienten las personas por las apuestas está “en el “bienestar” qué generan las primeras ganancias”, advierte Pliego. “Dan sensación de grandiosidad, optimismo irracional, aumento de autoestima al ganar, disminución de la ansiedad al jugar”. A nivel fisiológico, “se genera mucha excitación, antes y durante el juego, lo que aumenta la tasa cardíaca y la adrenalina y una gran hipersensibilidad a todo lo que tiene que ver con el juego”. Por su parte, “las ganancias generan dopamina, neurotransmisor que tiene que ver con el placer y que se produce en grandes cantidades”.
Cómo actuar
Para ayudar a estas personas, el experto consultado por CuídatePlus cree que, “aunque el apoyo inicial es necesario también lo es tener una conducta muy estricta con ellos”. Su consejo es, por ejemplo, no darles dinero para tapar deudas, ya que esto forzaría mucho el problema. Pliego cree necesario que reciban “apoyo psicológico y, a veces, psiquiátrico, porque necesitarán medicación que les ayude a regular su sistema nervioso, muy activado por la necesidad de jugar”.
Otra opción para ayudar a estos pacientes es dejarles que toquen fondo. “Muchas veces la única manera en la que ellos se den cuenta de su ludopatía es que toquen fondo. Que lleguen a un punto en el que las pérdidas sean tan fuertes que no vean ninguna solución y entren en aceptación de su problema”. Esto, añade, puede hacer que “acaben con esa falsa percepción de control”.
En cuanto a las terapias que existen para ayudar a estos pacientes, Pliego explica que “al inicio de la terapia, se suele comenzar con técnicas cognitivo-conductuales para controlar la conducta y el problema y mantenernos de forma muy rígida fuera de todo lo que venga que ver con el juego”. Posteriormente, apunta, “es muy importante hacer una psicoterapia más profunda para ver qué hay debajo de esa tendencia al juego”. Esto es importante porque en gran parte de los pacientes “la adicción se convierte en una herramienta inconsciente de desconectar de una parte de la persona que le está haciendo daño”.
Consejos para los padres y familiares
En cuanto a los consejos que se les puede dar a las personas que conviven con un adicto a las apuestas, “deben saber que la persona que tiene una adicción comportamental no es capaz de pedir ayuda, e intentan ocultarlas. Por eso, son normalmente los familiares los que se dan cuenta antes”, informa Olga Garcia Cano, directora de Ita Adicciones.
Los expertos ofrecen una serie de consejos para padres y familiares:
Promover actividades saludables: cursos de fotografía, teatro, cine, lectura, etc. Ayudar a nuestros hijos a encontrar prácticas que les motiven y aumenten su autoestima.
Tratar de acompañarlos en sus circunstancias y ofrecerles recursos. Estar pendientes de sus necesidades, enseñarles a pensar, a resolver conflictos o a expresarlos, son formas de acompañamiento para adolescentes que pueden estar viviendo una realidad amenazante.
Observar el entorno en el hogar. Si los niveles de estrés o conflicto son altos, o el nivel de afecto y atención bajo, pueden ser puntos importantes de intervención. Que el entorno en el hogar sea suficientemente rico en confianza, comunicación y respeto, es la mejor forma de prevención de cualquier práctica de riesgo.
Es importante detectar si nuestros hijos están teniendo comportamientos adictivos y acudir a un profesional especializado en este tipo de adicciones.
¿Tiene cura?
Como en cualquier adicción, informa Pliego, “la persona puede tener total y absolutamente controlada la conducta ludópata”, pero para mantener ese control, la clave está en “evitar cualquier acercamiento a nada que tenga que ver con el juego porque tiene mayor riesgo que otras personas a recaídas”.
Es importante ser muy cuidadoso con los estímulos que inciten a jugar en aquellos pacientes que no llevan mucho tiempo en terapia. Así, por ejemplo, “si el jugador es adicto a las tragaperras, no debería ni siquiera ir a un bar donde hubiera una. Esto es así porque la máquina está hecha para llamar al juego, de hecho, cambia el volumen de la música, hace efecto caída de monedas o enciende sus luces todas a la vez de repente, para llamar la atención”.
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