En los últimos años, hospitales de toda España se han sumado a la modalidad de cesárea humanizada. En ella el padre puede acompañar a la madre y ambos participan activamente en el nacimiento del bebé, sin que se incrementen los riesgos.
Antes era impensable que un padre asistiera al parto por cesárea. Pero esto ha cambiado en los últimos años y hospitales de toda España ya permiten este acompañamiento: es lo que se conoce como cesárea humanizada, y aporta múltiples beneficios y no aumenta los riesgos, como se ha comprobado con la experiencia y estudios en centros hospitalarios de todo el mundo. En España, uno de cada cuatro bebés nace mediante cesárea, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
“La cesárea humanizada intenta imitar el escenario del parto vaginal, permitiendo la participación activa del padre y de la madre y que el nacimiento del bebé resulte más suave y fisiológico”, explica el doctor Manuel Duárez Coronado, especialista del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
Pese a que la cesárea humanizada se parece mucho más a un parto natural, este especialista señala que el nacimiento vaginal siempre es mejor que esta. Por eso, solo se realiza en mujeres que “no pueden parir por causa obstétrica o médica. Intentamos practicarlas siempre que podemos, pero básicamente está pensado para cesáreas programadas sin complicaciones, es decir, en pacientes que tengan un riesgo quirúrgico bajo, por lo que todo está muy organizado y controlado”, matiza Duárez, quien prefiere llamarla cesárea centrada en la mujer y la familia más que el término humanizada.
La cesárea humanizada está bastante extendida, aunque todavía no se ha implantado en todos los hospitales de España. “Supone una mejora muy importante para las madres y los bebés, y no solo en términos de beneficios para la salud física, sino también para la mental y emocional, porque separar a las mujeres de los bebés nada más nacer resulta muy duro”, afirma Patricia Barbero, ginecóloga coordinadora de atención al parto del Hospital Universitario 12 de Octubre, uno de los primeros centros de España en implantar este tipo de cesárea.
Cesáreas humanizadas: todas las ventajas del piel con piel
Si bien algunos procedimientos varían de unos hospitales a otros según los protocolos que diseñe cada uno, normalmente el ginecólogo es quien saca al bebé y se lo entrega a la matrona o enfermera de neonatos y esta se lo lleva a la madre para hacer el piel con piel. Esta técnica consiste en poner al bebé encima del pecho de la madre nada más nacer, algo que no se practica en las cesáreas tradicionales. Si todo va normal en la cesárea, la mujer permanece durante toda la operación acompañada por el padre y el recién nacido.
En las cesáreas convencionales, nada más salir el niño, se separa al pequeño de su progenitora y esto “es algo violento, no se produce ese apego que sí se produce en la naturaleza en mamíferos y primates”, afirma el doctor Duárez. “Siguiendo la recomendación de que se efectúe en la primera media hora después del nacimiento, hacemos el piel con piel en el que la madre lo abraza con la ayuda de la matrona y empieza la lactancia materna. Una vez cortado el cordón umbilical, el padre se acerca y está al lado de los dos durante todo el acto quirúrgico”, precisa Duárez. La primera fase, en la que se hace la incisión y se extrae al bebé suele durar unos 10-15 minutos. La segunda, entre 30 y 45 minutos.
La misma dinámica sigue la especialista Barbero, quien añade que “los neonatólogos están allí vigilando que el bebé se adapta correctamente. Mientras que la madre y el niño estén bien, permanecen en piel con piel y luego pasan a la unidad de recuperación juntos también”, comenta.
Entre los beneficios del piel con piel para las madres, Barbero destaca:
Estabilización del ritmo cardiaco
Favorece la contracción del útero
Establece el vínculo de la lactancia materna
Disminución de la hemorragia postparto
Disminución de la incidencia de depresión postparto
Y para los bebés:
Mejor adaptación a la vida extrauterina
Mejor adaptación a la respiración
Mejor control y regulación de la temperatura
Mejor frecuencia cardiaca
Microbiota más parecida a la de los bebés por parto vaginal
El hecho de que los padres participen activamente en el proceso disminuye mucho la ansiedad, “las mujeres están mucho más relajadas y las hormonas de estrés de la madre no están tan elevadas y produce las del nacimiento, sobre todo la oxitocina y la prolactina, que favorecen el apego, la lactancia materna y la disminución del sangrado porque el útero se contrae mejor”, subraya Duárez.
No aumenta los riesgos habituales en las cesáreas
Antes no se dejaba estar presente al padre en las cesáreas porque al ser una intervención quirúrgica se temía que incrementara el riesgo de infección. Sin embargo, está comprobado que esta modalidad no aumenta el riesgo de infección ni tampoco de hemorragia postparto. Se han llevado a cabo muchos estudios que demuestran que la técnica es segura.
“En el Hospital 12 de Octubre llevamos más de 10 años aplicando la cesárea humanizada y no se ha visto que haya más riesgo de hemorragia materna”, explica Barbero. Y añade: “Es verdad que hay que estar atentos con el recién nacido, y hay cierto riesgo de que pierda temperatura, porque los quirófanos son lugares fríos, y no lo son de manera digamos arbitraria, sino que es así para evitar la proliferación de bacterias, así que no puede estar el quirófano tan cálido como puede estar un paritorio. Pero cambiando las toallas de manera constante y poniéndolo en piel con piel directo sobre el pecho de la madre se minimiza mucho este riesgo y se controla bien”.
En cuanto a la madre, la especialista comenta que también está muy vigilada mientras está en piel con piel. Y si en algún momento surge algún problema con la madre o el hijo, pues se suspende, se llevan al recién nacido y el padre debe salir.
Pese a que es una experiencia enriquecedora para todos, “algunos padres, una minoría, optan por no vivir ese momento porque no se atreven. Les impone un poco el hecho de ver cómo nace su bebé y no saben si se van a caer redondos al presenciarlo. Damos libertad para que cada pareja proceda y decida lo que prefiera en algunos aspectos”, enfatiza el ginecólogo.
El Hospital 12 de Octubre ofrece esta modalidad a todas las mujeres y la mayoría aceptan, indica la ginecóloga de este centro. Y, al igual que en la Fundación Jiménez Díaz, se realiza, sobre todo, en cesáreas programadas. También proceden así en partos vaginales que se complican y requieren de la intervención quirúrgica para el nacimiento del bebé, siempre que no exista ningún inconveniente que lo impida.
Cesárea humanizada en prematuros
Aunque no es posible en todos los partos por cesárea, el Hospital 12 Octubre está empezando a practicar esta modalidad con los bebés prematuros en casos seleccionados. “Es todo mucho más aparatoso porque los pequeños a veces necesitan de gafas nasales de oxígeno, pero queremos extenderlo poco a poco, ya que el piel con piel disminuye el porcentaje de dificultad respiratoria (un problema frecuente en los prematuros) en las primeras horas de vida.
Un paso más allá: la cesárea natural
Aunque a veces su suele hablar indistintamente de cesárea humanizada y natural, la doctora Barbero define esta última como una modalidad, menos extendida que la humanizada, en la que la propia madre, con unos guantes y unas mangas estériles, saca ella misma al bebé y se lo pone piel con piel. El cirujano hace la incisión en el útero y saca la cabecita del recién nacido, y el resto del cuerpo lo saca la mamá. Y, a continuación, el cirujano corta el cordón umbilical. “Es una técnica segura que se practica en Estados Unidos y algún país nórdico. No me consta que en España se efectúe”, detalla la ginecóloga.
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