La jubilación ofrece la posibilidad de hacer casi todas esas cosas que durante la vida laboral no se han podido realizar debido a las diferentes obligaciones que conlleva la etapa adulta. Por eso, se trata de una edad perfecta para viajar y disfrutar de unas merecidas vacaciones. Los años no tienen por qué ser un impedimento para hacer las maletas. Sin embargo, es conveniente tener en cuenta una serie de consejos antes de emprender su partida: qué destinos elegir, cómo planificar el viaje o las actividades que pueden realizar.
¿Dónde ir de vacaciones?
A la hora de elegir el destino, Eugenio Marañón, médico adjunto del Servicio de Geriatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, explica que no existen limitaciones por edad sino por enfermedad. Dependiendo de si padece alguna patología importante, aconseja optar por destinos que no se encuentren muy alejados de su residencia habitual y con un clima suave y sin excesiva humedad.
Jesús Santianes, miembro del Grupo de trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), coincide: “La edad no debe ser el criterio único que condicione un posible destino vacacional, deben primar los gustos y las preferencias personales teniendo en cuenta el estado de salud de la persona”. Propone viajes a balnearios, turismo cultural o cruceros como buenas alternativas.
Preparativos y planificación para el viaje
Existen una serie de asuntos que hay que valorar antes de la programación del viaje para prevenir cualquier incidente que pueda ocurrir en el lugar de destino.
Informe médico
Ambos expertos sugieren solicitar a su médico de Atención Primaria un informe médico que incluya las patologías existentes y las pautas de medicación. “Si el viaje es a algún país extranjero se debe llevar una traducción en inglés”, precisa Marañón.
La medicación y el botiquín
“Es muy importante que no olvide llevar sus medicamentos para todo el período que piensa estar fuera y mantener los fármacos en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y efectos”, recuerda Carlos Verdejo, jefe de sección del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. El geriatra del Hospital Gregorio Marañón aconseja llevar la medicación en la maleta de mano para evitar pérdidas e incluir un botiquín con material básico de curas, fármacos analgésicos y antiinflamatorios.
Vacunación
Santianes recomienda informarse sobre las vacunas exigidas y planearlo con tiempo suficiente como para poder completar la pauta de vacunación necesaria.
Tarjeta sanitaria y seguro médico
Para asegurarse la atención sanitaria en cualquier lugar, conviene llevar siempre la tarjeta sanitaria en el caso de viajar por España, solicitar la tarjeta sanitaria europea para la atención en la Unión Europea y, en caso de viajar fuera de la comunidad europea informarse sobre los seguros médicos, tal y como indica Marañón.
Actividad y ejercicio físico
“En meses de verano, el ejercicio físico debe ser más ligero, recomendando sobre todo pasear o nadar. Además, hay que usar ropa cómoda, ligera, de colores claros y si puede ser transpirable, junto con un calzado confortable y liviano”, sugiere el jefe de sección del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos. “El ejercicio aeróbico, como pasear, combinado con ejercicios de flexibilidad y de movilidad articular deben estar presente en el día a día, evitando una intensidad elevada y las horas más calurosas del día”, añade Santianes.
Pero la actividad física no sólo es importante una vez se ha llegado al destino, también durante el viaje: “Levantarse cada dos horas aproximadamente y hacer movimientos con las piernas y de flexoextensión con el tobillo evita un reposo prolongado durante el viaje y la trombosis venosa profunda en las extremidades inferiores”, comenta Marañón.
Cómo hacer frente al calor y al sol
“El efecto directo de los rayos UVA sobre la piel puede influir negativamente sobre la misma provocando cambios en sus capas y que sea más vulnerable al posible daño de agentes externos”, apunta Verdejo. También insiste en los efectos secundarios de una exposición prolongada al sol que pueden provocar que se pierda demasiada agua y el organismo tenga menor volumen circulatorio, causando sensación de inestabilidad e incluso pérdida del conocimiento.
Igualmente, el miembro de Semergen, recuerda el buen uso del protector solar, así como el empleo de sombreros, pañuelos o similares. Los tres coinciden en evitar salir a la calle en las horas centrales de mayor calor y radiación solar, entre las 11 de la mañana y las 7 de la tarde, intentando además permanecer en las zonas de sombra.
Es importante también luchar contra la deshidratación bebiendo diariamente dos litros de líquido, de manera frecuente y regular, y evitar el consumo de bebidas alcohólicas y con azúcares añadidos.
Cómo afrontar los cambios horarios
Para hacer frente a los posibles cambios horarios que se producen durante una estancia fuera de casa, Marañón da una serie de indicaciones:
Realizar una adaptación paulatina, sin cambios bruscos.
Mantener unas 7 horas de sueño mínimas.
Evitar un cambio drástico en los hábitos de alimentación.
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Pautas para unas vacaciones tranquilas y seguras
Preparando el verano: algo más que las maletas
Hidratación en la tercera edad
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