La relación que mantienen los padres con sus hijos durante el primer año de vida es clave para que el bebé tenga un desarrollo infantil positivo.
El punto de partida para conseguirlo es crear una relación de apego entre padres y bebé. Pero, ¿qué quiere decir esto? Tal y como señala María José Álvarez Gómez, pediatra en el Centro de Salud de Mendillori, en Pamplona (Navarra), en la web Familia y Salud de la Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria, el apego es una unión que perdura en el tiempo y que pretende conseguir que el niño se sienta seguro y protegido. “El adulto, el cuidador primario, es para el niño una base segura desde la que explorar el mundo y, a la vez, un refugio al que volver de nuevo en busca de protección y confort”, especifica.
Por este motivo, después del parto, lo primero que necesita un niño sano es estar en contacto piel con piel sobre el pecho de la madre bajo la supervisión de un médico, tal y como añade en la misma web Elena Fabregat Ferrer, pediatra en el Centro de Salud Gran Vía, en Castellón.
Fabregat especifica qué le ocurrirá a un bebé durante el primer mes de vida:
Primeras horas
El primer paso es poner los cimientos para construir ese apego materno que aportará, según Fabregat, todo lo que necesita el bebé: calor, alimento, amor y protección.
Además, esto también tiene beneficios para la madre ya que “Siente menos dolor y reduce el riesgo de hemorragia posparto y ansiedad”, destaca la experta, quien indica que mientras tanto, los profesionales sanitarios pinzan el cordón y hacen una evaluación de su vitalidad, el llamado Test de Apgar.
A continuación ocurrirán varias cosas:
Transcurridas 1-2 horas se pondrá una pomada antibiótica en los ojos y la vitamina K intramuscular para prevenir sangrado. Existe la opción de administrarla por vía oral, pero es menos fiable. En las comunidades autónomas que lo tienen pautado en el calendario vacunal se inicia la vacunación frente a la hepatitis B.
Entre las 4-6 horas hay un periodo de transición en el que los pulmones y el corazón se adaptan a la vida fuera del útero. “Es muy importante controlar su temperatura, color y respiración. Esto no implica que haya una separación de su madre. Al contrario, debe estar con ella y ponerle en el pecho a menudo. Así se favorece la subida del calostro”, añade Fabregat.
El calostro es una leche muy rica en proteínas y colesterol importante para el desarrollo del cerebro, la retina y la flora intestinal del bebé. “No se deben ofrecer chupetes ni biberones de suero, agua, infusiones ni leche artificial porque interfieren con el buen establecimiento de la lactancia materna. Si no fuera posible darle de mamar, o bien la decisión de los padres fuera alimentar a su hijo con sucedáneos de leche materna, se le ofrecerá fórmula de inicio en cantidades pequeñas (30 ml) cada 2-4 horas”, especifica.
Primer y segundo día de vida
Durante el primer día de vida el bebé realizará la primera deposición, conocida como meconio (deposición oscura y pegajosa que puede continuar uno o dos días más). Ésta indicará que el intestino funciona bien.
A partir del segundo o tercer día, las deposiciones adquirirán un color verdoso que evolucionarán a uno amarillo con grumos. En este periodo el bebé también empezará a orinar y el pediatra le realizará una exploración exhaustiva para evaluar su estado de salud.
Por otro lado, a partir del segundo día el bebé empezará a perder peso (se puede prolongar durante varios días) y a veces puede tener ictericia, es decir, la piel y los ojos pueden adquirir un color amarillo que se produce debido a la renovación de los glóbulos rojos y que da una semana, aproximadamente.
En el segundo día de vida el pediatra le realizará dos pruebas, una auditiva para comprobar que el niño oye bien y la conocida prueba del talón, que detecta algunas enfermedades graves que pueden prevenirse o tratarse para evitar secuelas.
El alta hospitalaria
El alta hospitalaria se producirá cuando la madre y el recién nacido estén preparados. Antes la madre será entrenada, tal y como señala Fabregat, y se comprobará que ha realizado al menos dos tomas con éxito, el niño ha hecho una micción y deposición espontánea.
“Suele ser a los dos días en un niño a término nacido por parto vaginal sin complicaciones. Cuando es una cesárea suele ser a los 3-4 días del parto”, especifica.
Atención a bordo
Al subir al coche que llevará a la familia a la casa familiar es importante recordar que el bebé pertenece al grupo 0 de los sistemas de retención infantil (menos de 10Kg), por lo que los padres deberán instalar una silla homologada para este grupo en el asiento trasero del coche y dispuesta en sentido contrario a la marcha.
En casa deberán crear un ambiente seguro para dormir en la habitación de sus padres: posición boca arriba, colchón firme sin almohadas, edredones ni otros objetos blandos, sábanas bien enganchadas que no le puedan tapar la cabeza. “Hay que evitar sobreabrigar al bebé y evitar el humo del tabaco en la vivienda. Estas sencillas medidas son de vital importancia para reducir la mortalidad infantil”, añade la especialista.
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