El 90% del alcohol se metaboliza en el organismo a través del hígado. El tiempo de permanencia de este compuesto en nuestro cuerpo dependerá de varios factores, como el peso o si se han ingerido alimentos.
Nada nuevo bajo el sol cuando afirmamos que todos somos conscientes de los riesgos que conlleva un excesivo consumo de alcohol. Sin embargo, no es hasta que su efecto se manifiesta en el organismo, ya sea a causa de la embriaguez o de la resaca, cuando se ponen sobre la mesa ciertas cuestiones cuyas respuestas no se conocen con exactitud en el momento. Una de estas preguntas es cuánto tiempo permanece el alcohol en nuestro cuerpo. Para resolverla, hay que considerar diversos factores.
Lo primero que hay que entender es cómo se metaboliza este compuesto en nuestro sistema. “El alcohol etílico, como conocemos al alcohol que se consume normalmente, se metaboliza principalmente en el hígado, donde varias proteínas llamadas enzimas se encargan de transformarlo en acetaldehído y, finalmente, en acetato, pudiendo usarse como fuente de energía, pero al mismo tiempo produciendo múltiples efectos metabólicos nocivos”, explica Rafael Moreno, especialista en medicina interna del Hospital Vithas Aguas Vivas y del Centro Médico Vithas en Alzira. El experto aclara que una pequeña proporción del alcohol (entre el 2 y el 10%) se elimina a través de la orina, el sudor y la respiración.
Y, ¿cuánto tiempo tarda en llegar a la sangre? Su absorción, que se produce desde el tracto digestivo, depende sobre todo de la velocidad a la que se vacía el estómago. Desde ahí accede a la sangre directamente, desde donde se difunde a todos los tejidos. “En general, se detecta el alcohol en sangre a los 5 minutos de ingerirlo, siendo el pico de mayor concentración a los 30-45 minutos, aunque depende de varios factores”, detalla Moreno.
Sobre los elementos que condicionan la velocidad de absorción del alcohol, Gerardo Florez, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías (Socidrogalcohol), apunta varios. El primero de ellos es la cantidad de alimentos que se hayan ingerido. “Si una persona quiere enlentecer la absorción de alcohol, le conviene no beber con el estómago vacío”, afirma el experto, quien añade que otro factor a considerar es el hecho de consumir alcohol con bebidas carbonatadas como la Coca-Cola. Estas aumentan la velocidad de absorción, o sea, que subirá la cantidad de esta sustancia que entra en el cuerpo. Por último, Florez indica que beber alcohol caliente también favorece la absorción: “Aunque eso es poco frecuente en nuestro entorno, hay bebidas como el sake que en otras culturas se calientan”.
Moreno añade que, aparte de la cantidad y de la velocidad a la que se absorba, el tiempo de permanencia del alcohol en el organismo dependerá de la capacidad de los enzimas del hígado para metabolizarlo, que varía según la dotación genética. “Suele ser menor en las mujeres, en personas de edad avanzada y en los asiáticos, así como de lo acostumbrado que esté el organismo para metabolizarlo”, expone. Asimismo, continúa, también influirá cómo se distribuya el alcohol en el cuerpo, además del peso, la composición corporal o la relación entre el agua y la grasa corporal.
¿Cuánto alcohol puede metabolizar el hígado en una hora?
En general, el hígado es capaz de metabolizar 12 gramos de etanol por litro de alcohol cada hora, lo que suele equivaler a algo menos de una bebida estándar por hora. “Se considera una bebida estándar la que contiene aproximadamente 14 gramos de alcohol, como un tercio de cerveza normal (de 5 grados) o un vaso de 150 mililitros de vino de mesa (de 12 grados)”, apunta Moreno.
De esta forma, Florez ejemplifica que si alguien bebe en menos de una hora dos o tres vasos de vino, “eso significa que va a metabolizar uno, pero los otros dos van a tener que esperar”. Como consecuencia, el alcohol tardará en metabolizarse, quedando la persona bajo sus efectos.
¿Los deportistas tardan menos en metabolizar el alcohol?
Actualmente, no hay estudios que respalden la idea de que los deportistas tengan más rapidez o facilidad para metabolizar el alcohol. “Sin embargo, las personas que practican deporte suelen tener mayor masa muscular y, por tanto, mayor agua en los tejidos y menor tejido graso, diluyéndose más en el organismo y presentando menores niveles de alcohol en sangre”, declara Moreno.
Asimismo, el especialista destaca que el alcohol empeora el rendimiento deportivo, ya que deshidrata, es aporte de calorías sin vitaminas ni minerales, afecta negativamente a la fuerza y a la coordinación, reduce los reflejos, interfiere en el sueño y el descanso, además de que perjudica la síntesis de proteínas, afectando a la masa muscular.
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