El estrés provoca numerosas alteraciones físicas en nuestro cuerpo, entre ellas, los dolores de cabeza. Se tratan de cefaleas tensionales que, más allá de unos hábitos saludables, se pueden abordar desde la psicología y la fisioterapia.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de sobrecarga y que, más allá de interferir en el plano emocional, también comporta una serie de alteraciones físicas. Entre ellas, el dolor de cabeza es una de las más comunes. “Cuando este dolor es el único o el principal síntoma de la enfermedad, hablamos de cefaleas primarias”, aclara Mariana Herrera, psicóloga de Onelife Center, quien añade que serán secundarias en caso de que sea signo de otra patología, como una infección.
Dentro de las cefaleas primarias, son habituales los dolores de cabeza y las migrañas tensionales. En estos cuadros, “el estrés actúa como desencadenante, tanto en niños como en adultos”, afirma Herrera. La experta señala que las exigencias diarias a nivel familiar o laboral suelen causar ese estado de cansancio mental, ante el que nuestro cuerpo reacciona tensando los músculos, sobre todo, de los hombros, el cuello o la mandíbula. Esta reacción involuntaria puede empeorar el dolor de cabeza.
Sobre la cefalea tensional, Daniel Rodríguez, fisioterapeuta especialista en tratamiento del dolor de Onelife Center, explica que se caracteriza “por afectar a los dos lados de la cabeza, por ser de intensidad moderada a intensa y por no agravarse con la realización de la actividad física habitual. Es posible también que el paciente tenga sensación de presión en la cabeza”. Normalmente, esta molestia no suele ir acompañada de náuseas ni de vómitos.
Rodríguez recalca la importancia que tiene la esfera emocional en este tipo de dolor: “La cefalea tensional, debido al ritmo de vida que lleva la sociedad actualmente, es un problema que afecta cada vez a más personas y que puede llevar asociado una serie de cuadros como el dolor de cuello, la fatiga ocular, la falta de sueño o problemas en la articulación de la mandíbula”. El fisioterapeuta agrega que, además, hay pacientes que desarrollan patologías dermatológicas, digestivas, cardiológicas y neurológicas, entre otras.
El dolor es un síntoma complejo en el que participan tanto factores biológicos, como psicológicos y sociales. “Cuando la cefalea interfiere en la actividad cotidiana, en el trabajo o en la vida personal, es recomendable buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado”, detalla Herrera, y aclara: “Aún ante la presencia de estrés, es posible que el dolor tenga otra causa”.
En este punto, la psicóloga recomienda una exploración médica para descartar que la cefalea sea secundaria a otra enfermedad. Si el dolor es repentino o intenso, hay rigidez en el cuello, fiebre o, en caso de que aparezca tras una lesión o un golpe en la cabeza, es necesario consultarlo con nuestro médico de cabecera.
“Por otra parte, es conveniente realizar una evaluación psicológica para detectar la presencia de situaciones que la persona perciba como estresantes, así como evaluar el nivel de ansiedad. Es importante también saber cómo se está haciendo frente a estas demandas y explorar posibles conductas alternativas”, resalta Herrera.
Consejos para prevenir el dolor de cabeza causado por estrés
Además del tratamiento médico y psicológico, se pueden tomar medidas sencillas para controlar el estrés. En realidad, se tratan de hábitos saludables que nos pueden ayudar a disminuir la frecuencia y la intensidad del dolor de cabeza. Herrera apunta los siguientes:
Control nutricional. Una alimentación equilibrada nos permite mantener nuestro peso dentro de valores saludables y también nos puede ayudar a identificar si existen determinados alimentos que puedan estar actuando como desencadenantes del dolor.
Actividad física: practicar ejercicio diario de intensidad moderada es aconsejable no solo para mantenernos en forma, sino también para desconectar de todo aquello que pueda estar generando una sobrecarga mental.
Actividades para la gestión del estrés: el yoga, la meditación o técnicas de respiración facilita que descansemos de nuestro estrés diario.
Poner límites: aprender a decir “no” ante la sobrecarga de trabajo o de compromisos, saber separar la vida personal de la laboral, así como aprender a priorizar y delegar puede reducir el estrés y evitar la aparición de dolores de cabeza relacionados con el mismo.
¿Cómo abordar el problema desde la psicología y la fisioterapia?
El trabajo en equipo entre el psicólogo y el fisioterapeuta es esencial para tratar la cefalea tensional. Por un lado, la psicología puede ayudar al paciente en la gestión del estrés asociado al dolor. “El tratamiento incluye herramientas para manejar el estrés y la ansiedad, reestructuración cognitiva y terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación, respiración y mindfulness, siempre individualizado a cada persona y situación”, subraya Rodríguez.
Desde el ámbito de la fisioterapia, el especialista comenta que “se puede ayudar mucho a las personas que padecen cefalea tensional, tanto reduciendo el dolor como la recurrencia de los episodios de cefalea”. En este sentido, hace referencia a tratamientos que incluyen la terapia manual, punción seca o ejercicio terapéutico, con modalidades como el ejercicio de fuerza o el aeróbico.
La alimentación, otro factor a tener en cuenta
La alimentación es clave en casos de migrañas o cefaleas tensionales. “Una dieta no saludable, con falta de nutrientes o con exceso de sustancias inflamatorias como los azúcares, aditivos y grasas saturadas, puede desencadenarlas o empeorarlas”, resalta Laura Arranz, dietista-nutricionista de Onelife Center.
Arranz indica que una dieta antiinflamatoria será en estos casos de gran ayuda. “Es muy importante tener una buena ingesta de magnesio a través de frutos secos, semillas, verduras verdes y legumbres, sobre todo, en cefaleas tensionales”, afirma, y añade: “Este mineral permite la relajación de los músculos y eso es imprescindible para evitar esas tensiones que derivan en cefaleas”.
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