Las causas del dolor de cabeza o la cefalea no son siempre neurológicas. Los problemas de huesos también se pueden esconder detrás de esta afección. Por ello, detectar la raíz del problema es fundamental para saber si es necesario abordar el problema desde la fisioterapia.
De la misma forma que cuando nos duele una muela acudimos al dentista, si es la cabeza la causante de nuestro malestar, el neurólogo será nuestra próxima visita. Sin embargo, no siempre es el especialista adecuado para tratar la cefalea, cuya causa puede no tener nada que ver con este ámbito de la medicina. Resfriados, ruido, estrés, ansiedad, frío excesivo o golpes de calor también son responsables muy comunes de esta dolencia y ajenos a la neurología. Sin embargo, a esta nutrida lista le falta una razón que gran parte de la población no tiene en cuenta: los huesos.
“Hace falta un cambio de actitud desde el punto de vista de los profesionales sanitarios a partir de la evidencia, que indica que las causas del dolor de cabeza proceden muchas veces de otras partes del cuerpo, sobre todo, de patologías o alteraciones a nivel cervical o en la articulación temporo-mandibular (ATM), casos en los que la medicación no es eficaz”, lamenta Carmen Mar Rodríguez Peñas, secretaria general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM). Por ello, la experta aconseja que en caso de que se produzca un episodio continuado de cefalea, es importante consultar también con un fisioterapeuta o con un traumatólogo para contar con un diagnóstico completo, .
Vale, pero ¿qué relación puede haber en tener problemas en las cervicales o en la mandíbula con la cefalea? “Los trastornos musculoesqueléticos pueden producir dolor en la misma zona o a distancia, lo que se denomina dolor irradiado”, responde Rodríguez, quien detalla que este fenómeno se produce porque “en un mismo nivel vertebral salen nervios hacia partes del cuerpo diferentes, pudiendo a la vez inervar al trapecio superior, por ejemplo”.
Cómo es el dolor de cabeza provocado por problemas en los huesos
Como indican desde el CPFCM, el dolor de cabeza derivado de afecciones musculoesqueléticas no difiere mucho de la migraña con o sin aura ni de la cefalea tensional. Es más, ambos cuadros pueden coexistir.
“Es importante identificar de forma clara el origen de esa dolencia con un diagnóstico certero”, advierte la fisioterapeuta. En este sentido, si tratamos el dolor desde el punto de vista neurológico, es decir, solo con medicación, cuando en realidad la causa radica en afecciones cervicales o mandibulares, “se estará tratando de una manera no exitosa”, afirma.
Sobre el diagnóstico, Rodríguez señala la conveniencia de realizar una historia clínica en la que el profesional pregunte al paciente sobre el tipo de dolor, duración o aparición. “Tras esto, con palpación de las zonas de tensión cervical o ATM, podemos reproducir muchas veces el mismo dolor de cabeza que siente el paciente”, detalla.
Tratar las cefaleas desde la fisioterapia
La raíz de este tipo de dolor hace que sea fundamental abordarlas desde la fisioterapia. La secretaria general del CPFCM explica que “se ha de realizar una relajación de todos estos puntos que están provocando la cefalea con terapia manual u otras técnicas que usamos los profesionales de la fisioterapia, mejorar la higiene postural y trabajar con ejercicio terapéutico para modificar la postura”. En este punto, la especialista pone un ejemplo: “Una cifosis (curvatura dorsal) aumentada está directamente relacionada con dolor cervical y tensión en ATM”.
Además del tratamiento, el paciente debe realizar ejercicios concretos regularmente indicados por el fisioterapeuta, quien debe hacer un seguimiento: “Si el dolor de cabeza ha mejorado o no existe, claramente tiene un componente musculoesquelético”, aclara.
Acerca de la importancia que tiene la higiene postural, hay que tener en cuenta que cualquier alteración del movimiento normal de una articulación puede generar lesiones. Por eso, “estar fuerte y tener una buena postura te salva de muchas complicaciones”, recuerda Rodríguez. Así, tener curvaturas en la columna más aumentadas de lo normal, una escoliosis o sentarse en posiciones poco favorables para nuestro cuerpo son motivos que se deben considerar a la hora de abordar un dolor de cabeza.
La higiene postural no es el único factor para prevenir estas cefaleas. Como apunta la experta, el estrés, el mal descanso o una inadecuada alimentación son condiciones que pueden desencadenar un aumento de tensión en la mandíbula o en el cuello
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