Ver destellos o fogonazos es algo muy habitual que no tiene por qué suponer ninguna amenaza para la vista. Sin embargo, si se producen de forma repetitiva y, sobre todo, se acompañan de otros efectos visuales, es necesario consultar al oftalmólogo.
¿Alguna vez has percibido destellos de luz en los ojos, fogonazos, relámpagos, flashes… sin que exista una fuente luminosa real? Son las denominadas fotopsias, que duran unos segundos, son muy frecuentes y se producen por diversas causas. Pueden ser repetitivas y, como señala Sònia Viver, oftalmóloga del área de Retina y Vítreo del Centro de Oftalmología Barraquer, “es como si se encendiera una bombilla y se apagara”.
“Ocurren cuando hay una estimulación de las células fotosensibles en la retina del ojo, que se traduce en una percepción de luz”, explica Beatriz Abadía, oftalmóloga de la Unidad de Retina de Clínica Baviera Zaragoza.
Causas de las fotopsias
El origen de los destellos puede ser muy diverso pero, tal y como expone Viver, “lo más común es que sea el vítreo, que es la gelatina que rellena el interior del ojo y que se va desplazando”. En ocasiones, en ese desplazamiento “ejerce tracción o contacta con la retina y esto hace que la retina se estimule y se produzcan estos destellos”.
Las fotopsias también pueden tener un origen traumático, debido a golpes en los ojos, pueden deberse a un desprendimiento de vítreo o, lo que es más grave, un desgarro retiniano, que puede llevar al temido desprendimiento de retina. Pueden estar ocasionadas, asimismo, por inflamaciones o infecciones dentro del ojo. También pueden ser causadas por una migraña, en la que las luces pueden aparecer antes, durante o después del dolor de cabeza. Se trataría, por lo tanto, de una migraña con aura.
¿Qué personas tienen más riesgo?
“Algunas personas tienen más riesgo de presentar fotopsias que otras”, indica Pilar Calvo, oftalmóloga de la Unidad de Retina de Clínica Baviera Zaragoza. Especialmente, quienes tienen migrañas, desprendimiento de retina previo, alta miopía, degeneración macular, uveítis y ciertas enfermedades autoinmunes”.
Además, añade la especialista, “las personas mayores también tienen una probabilidad más elevada debido a los cambios naturales en los ojos que ocurren con la edad”.
Tipos de destellos de luz
Existen diferentes tipos de efectos lumínicos en el campo visual. Estos son los más destacados:
Fotopsias
Están causadas por una actividad eléctrica anormal en las células de la retina o el cerebro. Pueden durar más tiempo y tener patrones más complejos y variados.
Fosfenos
Están generados por una estimulación física directa en la retina, como presionar fuerte el ojo. Suelen ser más breves.
Disfotopsias
Son alteraciones visuales que afectan la percepción de los colores, formas y luces. Pueden ser causadas por trastornos en la retina, el nervio óptico o el cerebro, y pueden tener diferentes causas y síntomas. Según explica Viver, “suelen aparecer en pacientes operados de lentes intraoculares, básicamente por cataratas”. Se distinguen dos tipos: las positivas, que consisten en ver unos halos luminosos, sobre todo en la parte central; y las negativas, que se perciben como un sombreo lateral en el campo visual.
Señales de alerta y cuándo acudir al médico
Las fotopsias “no siempre son indicativas de una enfermedad”, subraya Abadía. “Muchas veces son una respuesta normal del ojo a la estimulación, como ocurre cuando se observan destellos de luz después de un fuerte golpe en la cabeza o al salir al sol desde un ambiente muy oscuro”.
El desprendimiento de vítreo posterior es una causa muy común de la percepción de destellos. En la mayoría de los casos, es a causa de la edad y no requiere tratamiento, pero en algunos casos puede aumentar el riesgo de desarrollar un desgarro o un desprendimiento de retina, por lo que es importante acudir al oftalmólogo.
Estas son las señales de alarma que indican que los destellos o fotopsias podrían ser signo de algún problema que pueda llegar a disminuir de forma temporal o permanente la vista:
Si se presentan de manera súbita y sin una causa aparente.
Si se acompañan de otros síntomas como pérdida de la visión, disminución de la agudeza visual, dolor ocular intenso, enrojecimiento ocular, entre otros.
Si se presentan en personas con antecedentes de enfermedades oculares, como retinopatía diabética, degeneración macular, uveítis, glaucoma, alta miopía...
Si se producen en personas que han sufrido lesiones oculares recientes.
Si aparecen en personas mayores de 50 años que nunca han tenido problemas de visión.
Si se repiten muchas veces o están acompañadas de otros síntomas, como moscas flotantes o, lo que es más grave, pérdida de la visión o del campo visual (una mancha negra, fija, que no permite ver a su través).
“Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, es importante acudir a un oftalmólogo para que realice una evaluación y determine la causa de los destellos o fotopsias”, recalca Calvo.
Viver considera que lo fundamental es “no quedarse nunca con la incertidumbre de si lo que me pasa es normal o no. Siempre es mejor ir tres veces al oftalmólogo y que al final no sea nada, que ir una y ya sea tarde”. En definitiva, ante “algo que no es habitual y que además perdura en el tiempo es mejor consultar”.
Tratamiento de las fotopsias
No existe una terapia específica para los destellos, puesto que se trata de un mero síntoma que, además, en muchos casos no responde a un origen patológico. En todo caso, el tratamiento dependerá de la causa que las produzca. Si se trata de una lesión en la retina, puede ser necesario realizar un tratamiento con láser o cirugía para reparar la lesión.
En otros casos, se pueden recetar medicamentos para tratar la inflamación o el dolor asociados con las fotopsias.
Si la causa es una migraña con aura, el médico recetará los medicamentos correspondientes.
“Cuando se producen por un movimiento de la gelatina vítrea”, precisa Viver, “los destellos permanecerán mientras se siga moviendo y hasta que se desprenda del todo y ya no ejerza tracción”.
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