Un nuevo estudio analiza cómo influye la dieta mediterránea en la salud vascular en hombres de mediana edad con la tensión alta y disfunción eréctil, siempre que esta incluya determinados alimentos y excluya o reduzca otros perjudiciales.
La dieta mediterránea podría desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la salud vascular en la calidad de vida en hombres de mediana edad con hipertensión y disfunción eréctil. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por la Sociedad Europea de Cardiología que analizó la adherencia a la dieta mediterránea en 250 hombres con presión arterial alta y disfunción eréctil y cómo este patrón dietético estaba relacionados con el estado físico, el flujo sanguíneo, el estado de las arterias, los niveles de testosterona y el rendimiento eréctil.
“Este en concreto, y estudios similares en general, son clínicamente muy importantes ya que la función eréctil, la calidad espermática, la próstata, la fertilidad femenina, el embarazo, el parto y la lactancia son cuestiones de supervivencia de la especia humana”, explica a este medio Enric Sánchez, responsable del grupo de trabajo de dietoterapia de la obesidad de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), especialista del Departamento de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Arnau de Vilanova, y del grupo de investigación Diabetes y Metabolismo (ODIM) del IRBLleida.
A su juicio, esta investigación demuestra que seguir una dieta mediterránea se relacionaba con una mejor capacidad de ejercicio, unas arterias más saludables, un mayor flujo sanguíneo y unos niveles más altos de testosterona, lo que se traduce en un mejor rendimiento eréctil. “Aunque solamente es una pieza más de un rompecabezas de estudios que analizan esta relación”, matiza Sánchez.
Por su parte, Ignacio Sainz, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardiólogo de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, indica a CuídatePlus que el citado estudio “confirma los hallazgos de los beneficios de la dieta mediterránea sobre la enfermedad vascular en general: coronaria, cerebral y periférica. Se han estudiado los lechos vasculares en cada uno de los órganos”.
En este punto, Sainz recuerda que las coronarias son de las arterias más finas del organismo, pero hay algunas aún más finas: las arterias del pene, llamadas helicinas. “Cuando el envejecimiento y la aterosclerosis afecta a las arterias del organismo, estas se estenosan, mientras más estrechas son, antes se cierran y producen isquemia de los correspondientes órganos”, comenta este cardiólogo.
“Este estudio corrobora los datos del PREDIMED -un ensayo clínico nutricional para la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares-, que muestra cómo una dieta mediterránea, con componentes fundamentales de aceite de oliva y nueces, disminuye los episodios vasculares tanto en cerebro (ictus), coronarios (infarto), a nivel de las enfermedades vasculares en la retina, principalmente”, indica Sainz.
Entonces, ¿podemos decir que la dieta mediterránea puede ayudar a combatir la disfunción eréctil? “Sin duda, es la dieta que tanto en prevención primaria como secundaria es la recomendable. Para los pacientes de Rehabilitación Cardiaca, ámbito donde trabajo, es la indicada”, responde el portavoz de la SEC. Al respecto, el responsable del grupo de trabajo de dietoterapia de la obesidad de la Seedo apunta que la dieta mediterránea se asocia en los últimos años con un patrón dietético asociado con la mejora de la disfunción eréctil.
Hipertensión y disfunción eréctil, ¿están relacionadas?
La recomendación de una dieta equilibrada como la mediterránea para mejorar el rendimiento sexual tiene como origen las características clínicas de la propia disfunción sexual y cómo este problema a menudo supone el primer síntoma de una enfermedad cardiovascular.
En cuanto a cómo afecta la hipertensión a la disfunción eréctil, Sainz señala que la prevalencia es variable dependiendo de otros factores de riesgo, además de la disfunción eréctil, sobre todo de la diabetes y la edad, estando en torno al 50-70%. “También algunos fármacos, como los betabloqueantes y antialdosteronicos, a evitar en lo posible, pero a veces es más rentable controlar la hipertensión arterial, y posteriormente tratar la disfunción eréctil con un fármaco especifico”, precisa este cardiólogo.
En este punto, Sánchez subraya que “está muy bien establecido que la presencia y la gravedad de la disfunción eréctil se asocia con la edad, la obesidad, la circunferencia de la cintura, la hipertensión, el tratamiento antihipertensivo y la enfermedad isquémica. Además, las personas con disfunción eréctil eran con mayor frecuencia fumadores, sedentarios y consumían más alcohol. Y por último y más importante, los pacientes más afectados son aquellos que sufren de diabetes”. En su experiencia, el efecto dañino que tiene la diabetes en las arterias de todo el cuerpo se puede comprobar en las arterias pequeñas de los ojos, el riñón, el pulmón, el corazón, los pies y el pene.
Dieta mediterránea y otros beneficios
Según el portavoz de la Seedo, este tipo de patrones dietéticos pueden estar relacionados con la calidad del esperma y la salud reproductiva femenina. “Están en marcha varios estudios que analizan estos aspectos. Pero ya se puede confirmar cómo la adherencia a la dieta mediterránea tiene efectos positivos en la calidad espermática medida mediante un espermatograma que evalúa el número de espermatozoides y su movilidad”, apunta Sánchez
Este experto añade que, “por otro lado, está claro que los factores nutricionales y los hábitos dietéticos juegan un papel importante en el desarrollo de enfermedades ginecológicas, incluidos el leiomioma uterino, la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico y las neoplasias malignas ginecológicas”. En definitiva, para este profesional la mayor adherencia a la dieta mediterránea se asocia con restaurar la disfunción eréctil, sobre todo en personas con obesidad, diabetes y síndrome metabólico, con mayores tasas de embarazo y un alto porcentaje de bebes sanos.
Por otra parte, Sainz insiste en la necesidad de promover este tipo de patrones alimentarios en los pacientes, pero indicando que no todas las dietas de la zona mediterránea son adecuadas, sino aquellas reducidas en azúcares, con legumbres, grasas saludables, como el aceite de oliva, y con un consumo de sal menor de 4 gramos al día.
“La dieta mediterránea, aparte de una forma de alimentarse, es un estilo de vida completo. En este se combinan alimentos, técnicas y recetas con una vida físicamente activa favorecida por un clima agradable. Además, es un modo de vivir en el que se comparte y se celebra alrededor de la mesa, donde los alimentos locales y de temporada tienen el total protagonismo”, añade Sánchez, quien incide en que este tipo de dieta es rica en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales, pescado y especialmente el aceite de oliva virgen extra.
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