La Navidad es para muchos motivo de estrés y ansiedad. La presión de lograr la perfección o de cumplir las expectativas es una de las principales razones. Por eso, es importante seguir una serie de consejos para que estas fechas no se conviertan en una fuente de ansiedad.
Para muchas personas, la Navidad supone estrés y miedo, dos estados que dificultan su disfrute. ¿En qué se diferencian? ¿Cómo se pueden combatir? ¿Cuáles son sus síntomas? Pilar Conde, psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen, da respuesta a todas estas cuestiones. La experta en psicología define el estrés como una sensación que se siente, generalmente, “cuando se percibe que las demandas son superiores a los recursos que se tienen, ya sean de capacidades, de tiempo o emocionales; mientras que el miedo es una anticipación negativa sobre algo que podría suceder.”
Varias son las razones por las que el estrés aparece en las fechas navideñas. Los eventos familiares, la necesidad de cumplir las expectativas o de compaginar todas las demandas de esos días con las diarias son algunas, según la especialista, además de "exigirnos demasiado acerca de cómo tienen que ser estas fiestas, sobre todo si se tienen hijos, buscando la perfección, que al no encontrarla, puede llevarnos a la frustración". Asimismo, Conde destaca la sobreestimulación de los elementos navideños y de las emociones positivas vinculadas.
Marisa Navarro, terapeuta y escritora, indica que no hay un día concreto que marque el inicio del estrés navideño aunque cada año comienza antes, tanto en comercios, como en las calles o en los propios hogares. Por otro lado, el estrés producido por los preparativos suele afectar más a las mujeres que a los hombres debido a que “vivimos en una sociedad en la que fundamentalmente son las mujeres las que llevan la mayor parte del peso en la organización de estas fiestas”, puntualiza la experta.
Síntomas y consecuencias del estrés
Podemos saber si padecemos estrés en estas fechas si, según la directora de Clínicas Origen, “tenemos problemas en el sueño, aumento de ansiedad y de inquietud, mayor irritabilidad y discusiones con familiares”. La consecuencia en nuestra salud sería “la aceleración de nuestro sistema nervioso, que dependiendo de nuestro estado de salud previo, podría convertirse en un factor de riesgo”, añade.
Según Conde, las personas más propensas a tener un mayor estrés durante las Navidades son aquellas “que perciban que tienen responsabilidad en los eventos familiares, que tengan preocupaciones sobre la reacción de la familia con ellos, a las que no les gusta la Navidad, las que no tienen vacaciones y se encuentran cerrando el año y cumpliendo con las necesidades familiares, y aquellas que sí están de vacaciones pero les cueste desconectar del trabajo”.
Consejos para superar el miedo
En primer lugar, es importante tener claro que la Navidad es un período de tiempo pasajero y que cuando termine la rutina habitual volverá a normalizarse. Además, Navarro indica que las personas que de por sí sufren estrés o ansiedad y encuentran en la Navidad otro motivo para cargar más su mochila de sufrimiento, pueden agravar su sintomatología.
Para combatir el miedo, la psicóloga afirma que “lo mejor es no forzar la rutina personal y asumir que se van a producir ciertos cambios durante esos días”. Si no es posible viajar en estas fechas, “la clave está en negociar con los familiares o amigos la estancia o no en Nochebuena, Nochevieja y en otras reuniones. Es muy importante continuar con la dinámica habitual y acordar antes de estas celebraciones el tiempo de permanencia”.
Otros consejos de las expertas consultadas por CuídatePlus son:
Contagiarse de la energía de los niños.
Adelantar las compras de regalos y los preparativos es una manera de tomarlo con más calma y evitar imprevistos.
Disfrutar de los beneficios de los días festivos, descansando y organizando actividades acordes con nuestros gustos.
Ante la sensación de obligación, pensar en el bienestar que a nuestra pareja o familiar le genera nuestro esfuerzo.
.
Comentarios