El mal aliento o halitosis es un problema que no siempre está relacionado con la falta de higiene, como se puede pensar en un primer momento, sino que puede ser el síntoma de otra enfermedad, tal y como indica a CuídatePlus Jonas D C G Nunes, director médico del Instituto del Aliento de Barcelona. “La presencia de mal aliento es indicador de una actividad bacteriana anormal o de un mecanismo fisiológico alterado
La detección y la identificación de su origen pueden ser importantes en el diagnóstico precoz de ciertas enfermedades con efectos perjudiciales como, por ejemplo, la enfermedad periodontal que puede desembocar en la pérdida prematura de los dientes”, comenta Nunes. A su juicio, el mal aliento o halitosis es una patología sobre la que hay que sensibilizar a la población de la importancia de ser detectada por el propio paciente o por su entorno ya que el mal aliento crónico es una señal de que algo no está bien.
En cuanto a por qué se produce el mal aliento, el director médico del Instituto del Aliento de Barcelona subraya que las causas bucales son las más frecuentes, lo que incluye la lengua saburral, las enfermedades gingivoperiodontales, las alteraciones en el flujo salival, y las no bucales incluyen la amigdalitis caseosa crónica, los trastornos rinosinusales, diversas patologías digestivas como el reflujo gastroesofágico y ciertas cepas de Helicobacter pylori estomacal. Por su parte, Óscar Castro Reino, doctor en Odontología y presidente del Consejo General de Dentistas, explica que el origen de la halitosis puede ser bucal o sistémico (provocado por otra enfermedad), aunque señala que la principal causa del mal aliento es la putrefacción de restos de proteínas por parte de microorganismos. “Estas bacterias generan unos compuestos llamados sulfúricos volátiles, que son los responsables del mal aliento”, especifica este experto.
En este punto, Nunes coincide en que otras causas que producen el mal aliento son las de origen metabólico y sistémico relacionadas con las enfermedades del hígado, riñones y las alteraciones de la flora microbiana intestinal. “Sin embargo, la proporción de halitosis con origen en la boca ha disminuido en los últimos años: esto significa que cada vez es mayor la proporción de pacientes que nos buscan por una causa diagnosticada no oral relacionada con el aparato respiratorio, el tubo digestivo y de origen sistémico o metabólico”, considera este especialista. En su experiencia, el hecho de que haya disminuido el mal aliento de origen bucal se debe a “la creciente sensibilización por parte de la población de la necesidad de mejorar la higiene oral; es cada vez menos frecuente que nos visite un paciente con mala higiene; y la facilidad de acceso a establecimientos de diagnóstico”.
Entonces, ¿se puede confundir el mal aliento con otra enfermedad? “Más que confundirse con otra enfermedad, lo importante es determinar la causa que la produce. Si bien, en el 90% de las veces tiene un origen bucal, existen otras múltiples causas como las respiratorias (sinusitis), digestivas o hepáticas, entre otras”, responde Castro. Para el presidente del Consejo General de Dentistas es importante identificar la halitosis fisiológica, es decir, el mal aliento que es muy común al despertar debido a la reducción de saliva durante la noche o tras la ingesta de determinados alimentos.
Pautas para evitar el mal aliento o halitosis
Según Castro, la mejor para prevenir el mal aliento como se trata de un problema crónico (halitosis) es mantener una correcta salud bucodental. Para ello, este experto aconseja seguir las siguientes pautas de autocuidado:
Cepillar los dientes correctamente al menos dos veces al día.
Optar por utilizar pasta de dientes fluorada.
Tras el cepillado de los dientes, seguir una adecuada higiene interdental con hilo de seda o cepillos interdentales.
Mantener la boca bien hidratada a través de la ingesta de agua.
Evitar el tabaco y determinados alimentos que puede favorecer la halitosis como el ajo o la cebolla.
Al respecto, Nunes recomienda que si el mal aliento es crónico es necesario acudir a una consulta especializada en aliento para prevenir que los pacientes desarrollen hábitos de higiene compulsivos como utilizar enjuagues bucales cinco veces al día. “Se comprende que están intentando evitar por todos los medios la manifestación del mal aliento, no obstante, el exceso de celo en relación con los cuidados preventivos (cuando la halitosis es patológica) no ocasiona un resultado beneficioso y duradero en el aliento”, precisa.
Por otra parte, cuando el mal aliento es puntual, es decir, cuando se produce la llamada halitosis fisiológica, Nunes aconseja seguir las siguientes medidas:
Comer cada cuatro horas.
Evitar las comidas condimentadas y con un olor fuerte.
Prescindir del alcohol, el café y el tabaco.
Evitar las dietas hiperproteicas, las hipocalóricas y las comidas ricas en grasas.
Beber 1,5 litros de agua al día.
Evitar respirar por la boca.
Tener una correcta higiene oral y utilizar un antimicrobiano de uso oral.
¿Es posible tratar el mal aliento crónico?
Los especialistas consultados coinciden que sí se puede tratar el mal aliento crónico, aunque para ello es esencial conocer qué causa lo produce. “La presencia de lesiones de caries avanzadas, enfermedad periodontal, flujo salival reducido, alimentos impactados y descompuestos, inflamaciones o infecciones pulpares y prótesis defectuosas, pueden generar halitosis. Por ese motivo, es importante visitar al dentista, quien realizará un diagnóstico diferencial con otras posibles causas”, apunta Castro. En su opinión, el tratamiento del mal aliento depende de la causa que lo y desaconseja automedicarse sin saber por qué se produce el mal aliento. “No es razonable empezar a utilizar chicles, caramelos sin azúcar o recurrir a colutorios, sin previamente realizar el diagnóstico de las causas”, alerta Castro. Al respecto, Nunes añade que “algunos enjuagues o los chicles contienen ciertos desodorantes como la menta, que fomentan la ilusión de que se está actuando sobre el origen del problema, aunque no sea de la boca”.
En la misma línea que Castro, Nunes cree que el primer paso para acabar con el mal aliento es obtener un diagnóstico que identifique la causa. “Una parte de las causas pueden ser detectadas por el odontólogo, que identifica, elimina e instruye al paciente a mantener controladas las patologías bacterianas, a través de cuidados de higiene oral adecuados, con el recurso de técnicas de cepillado, uso de hilo dental, uso de enjuagues antimicrobianos, y la limpieza adecuada de la lengua”, explica Nunes y prosigue: “El médico de Familia puede también participar en el tratamiento al identificar y tratar enfermedades que afecten el estado de salud general y al aliento, orientando a un estilo de vida saludable, que incluye una dieta cuidada e hidratación”. Sin embargo, este experto sostiene que hay otras causas que requieren otras pruebas diagnósticas disponibles en centros especializados como los análisis del aire espirado bucal y nasal a través de cromatografía gaseosa y narices electrónicas. “Los tratamientos pueden variar, e incluyen la toma de fármacos con acción a nivel digestivo, sistémico, metabólico, como también de antibióticos, inductores de saliva, entre otros fármacos. Ciertas afecciones bucales, orofaríngeas, rinosinusales y digestivas pueden necesitar el tratamiento quirúrgico, de acuerdo con la causa”, describe Nunes.
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