“Las picaduras de insectos son muy frecuentes en la época estival, entre otros factores porque pasamos más tiempo al aire libre. Los insectos que con más frecuencia nos pican son los mosquitos y, los más peligrosos, por las reacciones alérgicas que pueden producir, los himenópteros (avispas, abejas y hormigas).
Existen otros insectos como arañas, orugas (procesionaria del pino), pulgas, tábanos, etcétera, que producen reacciones locales de mayor o menor tamaño e intensidad -dependiendo de las características del paciente y del propio insecto-, pero que no suelen ser reacciones alérgicas propiamente dichas”, cuenta Lucía Valverde Vázquez, alergóloga del Hospital Quirónsalud Huelva.
Nos centraremos en esos pequeños arácnidos, tejedores de excepcional calidad: las arañas. “Sus picaduras pueden causar enrojecimiento, dolor e hinchazón local, o es posible que no se note nada en absoluto. Se suelen observar dos puntos, que representan la mordida del insecto, y en ocasiones se produce una ampolla que contiene líquido.
En España las arañas venenosas son muy raras, pero si sufrimos su picadura podemos presentar destrucción de la piel que la rodea y signos de afectación sistémica (dolor abdominal, sudoración profusa, mareo, náuseas y vómitos, fiebre…)”, explica Valverde.
¿Hay unas arañas más venenosas que otras?
“Efectivamente no todas las arañas son iguales, aunque no difieren en el motivo de su ataque, ya que solo morderán si se sienten amenazadas”, afirma la alergóloga, añadiendo que, “habitualmente, las picaduras de araña en nuestro país no implican un riesgo significativo. Las complicaciones suelen derivar de picadura de arañas peligrosas, poco frecuentes en España, como las del género Latrodectus o Loxosceles. En estos casos el paciente puede presentar hipertensión arterial, exantemas o erupciones en la piel que se descaman, anemia, insuficiencia renal, ictericia (coloración amarillenta de la piel) o incluso la muerte”.
En la Península Ibérica el número de especies de arañas descritas supera los 1.300. De todas ellas, la más venenosa es la denominada Loxosceles Rufescens, araña violinista o araña reclusa parda mediterránea, cuya picadura en los casos más graves puede provocar gangrena.
Otras arañas relativamente peligrosas existentes en nuestro país son la araña de saco amarillo, la viuda negra europea (mucho más inofensiva que la viuda negra americana), la tarántula y la araña vagabunda.
Así hay que actuar si te pica una araña
“Es importante mantener la calma, porque generalmente la picadura de araña no reviste ninguna gravedad y puede tratarse en casa en la gran mayoría de las ocasiones. Debemos prestar atención a cómo evolucionan los síntomas y, si estos se agravan, entonces conviene buscar ayuda médica”, indica Valverde.
Según la experta, lo que habría que hacer es:
Lavar la zona con agua y jabón.
Desinfectar.
Aplicar frío local para reducir la inflamación y el dolor.
Para combatir el picor el médico puede prescribir un antihistamínico por vía oral, o incluso un corticoide tópico, y analgésicos para disminuir el dolor si es intenso.
¿Cómo cuidar la marca, señal o cicatriz? La mayoría de las picaduras de araña dejan una cicatriz residual sin importancia, que no precisa de más cuidados que la piel sana, es decir, limpieza e hidratación frecuente.
Medidas para la prevención
Para prevenir la picadura de araña es clave mantener distancia y respetar su hábitat, ya que este insecto no va a atacar a menos que se sienta amenazado. En concreto, estas son las recomendaciones de la especialista en Alergología del Hospital Quirónsalud Huelva:
Mantener nuestra casa limpia y ordenada.
Aislar térmicamente la casa y cerrar cualquier acceso para las arañas cuando esté oscureciendo.
Aplicar un repelente varias horas antes de ir a dormir.
Sacudir o lavar la ropa y el calzado antes de usarlos, sobre todo si han estado mucho tiempo guardados o en el suelo.
Si se va a permanecer al aire libre o realizar labores de jardinería, llevar pantalón largo, calzado cerrado, camisas de manga larga y guantes.
Si se va a viajar al extranjero, es importante informarse sobre los animales venenosos que podríamos encontrarnos, incluidas las arañas.
Con respecto a los repelentes de arañas, muchos son naturales como:
Aceites esenciales: citronella, canela, cedro, agrios, menta, lavanda y árbol de té.
Plantas a base de limón o eucalipto.
Tierra diatómica (TD), que es un polvo fino que al estar en contacto con el insecto le provoca cortes y hace que pierda fluidos y muera.
Agua salada.
También pueden ser eficaces las trampas de pegamento y los repelentes ultrasónicos.
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