Las listas de propósitos de Año Nuevo son un clásico... pero, seamos realistas, pocas veces las cumplimos. Por eso, quizás sea hora de afrontar 2023 de otra manera. El mindfulness puede ocupar un papel clave para ello.
El próximo año voy a adelgazar 10 kilos, iré al gimnasio todos los días, encontraré un trabajo mucho mejor, escribiré un libro, ganaré un concurso de talentos, estudiaré japonés, seguiré a mi equipo allí donde juegue, me haré voluntario de una ONG… Algunas listas de propósitos pueden ocupar páginas y páginas, pero ¿tiene sentido fijarse tantas metas, algunas de ellas irrealizables? ¿Qué tal si este año lo afrontas de otra manera? Te presentamos los No propósitos de Año Nuevo inspirados en el mindfulness.
Con frecuencia tendemos a ponernos objetivos inalcanzables. Tal y como expone Cristina Aristimuño, psicóloga del Centro TAP. Tratamiento Avanzado Psicológico, “perseguir metas excesivamente ambiciosas, que se consiguen a muy largo plazo o que no están en sintonía con nuestras necesidades personales, puede convertirse en una fuente importante de frustración, que surge al no existir una congruencia entre lo que uno espera conseguir y sentir y lo que finalmente logra”.
La situación de frustración se complica si, además, “interpretamos que el ‘fracaso’ en la consecución de nuestros objetivos se debe a que nosotros no hemos sido capaces, es decir, si lo atribuimos a elementos internos”. La consecuencia será la aparición de un “deterioro significativo en nuestros niveles de autoestima y seguridad”.
Objetivos con un enfoque mindfulness
La experta aclara que no se trata de no fijarse objetivos para no frustrarse, puesto que “todas las personas los necesitamos y nos ayudan en nuestro día a día en todos los ámbitos de la vida: personal, social, laboral, académico…”.
Lo que sugiere es dar una vuelta a esos propósitos de Año Nuevo con la ayuda de un enfoque mindfulness. Aristimuño ofrece las siguientes pautas:
Huir de los objetivos ‘estandarizados’
Desde el mindfulness se presta especial atención a observarse a uno mismo. En este sentido, la psicóloga aconseja “aprender a escucharse, de cara a seleccionar objetivos alineados con nuestros verdaderos valores personales”.
Dedicar más tiempo al presente
El mindfulness propone centrarse en el presente en lugar de focalizarnos continuamente en lo que queremos conseguir. “Somos especialistas en vivir pensando en el futuro, pero no somos tan expertos en simplemente centrarnos en el presente, en el aquí y ahora, en lo que está ocurriendo”. En resumen, se trata de buscar “un equilibrio entre la consecución de metas futuras y el estar en el momento presente”.
Modificar nuestra expectativa de felicidad
Cambiar (o, al menos, reconsiderar) el concepto de felicidad que tenemos también puede contribuir a evitar la frustración. “A menudo esperamos encontrar una felicidad plena en el futuro, precisamente al conseguir alguna de esas metas que nos hemos propuesto en fin de año”, expone la experta. “Sin embargo, la felicidad muchas veces se encuentra en las pequeñas cosas que nos van aconteciendo en el día a día. Y son cosas que prácticamente no disfrutamos ni valoramos por estar preocupados o focalizados en el futuro”.
Lista de lo que NO hay que hacer
Puestos a acabar con las listas de metas inalcanzables de Año Nuevo, ¿por qué no las sustituimos por una enumeración de aquello que NO hay que hacer? Estos son algunos ejemplos:
Proponerme metas que son importantes para el resto y no tanto para mí.
Hacer listas infinitas de propósitos que sé que no voy a cumplir.
Centrarme excesivamente en lograr metas futuras.
No valorar los pasos y progresos que voy dando en el logro de mis objetivos, sino simplemente el resultado.
Dedicar más tiempo y atención a mi futuro que a mi presente.
Esperar a que la satisfacción y la felicidad lleguen más adelante.
Candidatos a iniciar el año con mindfulness
Cada vez hay más investigaciones que avalan la utilidad del mindfulness para múltiples problemáticas y tipos de personas. “Prácticamente cualquier persona puede beneficiarse de esta técnica”, proclama Aristimuño.
No obstante, suele estar especialmente recomendada para personas “con niveles bajos de autoconocimiento, que presentan una alta intensidad emocional o con tendencia a reaccionar impulsivamente”. En estos casos el mindfulness resulta especialmente útil, ya que ayuda a las personas a observarse y conocerse a sí mismas, así como a aprender a parar (y pensar) antes de reaccionar ante lo que ocurre a nuestro alrededor.
.
Comments