Se estima que más de 2,5 de españoles sufren disfagia, una enfermedad que dificulta o impide tragar alimentos como las uvas en Nochevieja. La iniciativa Campanadas inclusivas del Hospital Quirónsalud Madrid ofrece alternativas para disfrutar de esta tradición sin riesgo de atragantamiento.
Tomar las uvas al compás de las campanadas en Nochevieja no está alcance de las personas que sufren disfagia, una enfermedad que dificulta la deglución no solo de alimentos sólidos, sino también líquidos. Pensando en estos pacientes, y en cualquier persona a la que le cueste tragar, la Unidad de Disfagia y Análisis de Deglución del Hospital Quirónsalud Madrid ofrece varias alternativas para poder dar la bienvenida al Año Nuevo sin renunciar a la tradición.
La iniciativa de este hospital, llamada Campanadas inclusivas, plantea tres adaptaciones en función del nivel de dificultad de tragar, orientadas a las modalidades habituales en el mundo de la disfagia según la nomenclatura internacional de la iniciativa de Estandarización Internacional de la Dieta en Pacientes con Disfagia (IDDSI, por sus siglas en inglés).
Así, para las personas con una disfagia leve o aquellas que quieran evitar atragantarse aunque no sufran esta enfermedad, Jaime Paniagua, logopeda de la Unidad de Disfagia y Trastornos de Deglución del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, propone pelar las uvas, quitarle las pepitas y cortarlas por la mitad o en cuartos (IDDSI 6), ya que de esta manera costará mucho menos masticarlas y digerirlas.
En la propuesta dirigida a personas con mayor dificultad para la deglución, los expertos del Hospital Quirónsalud Madrid sugieren dos elaboraciones: uvas adaptadas para personas con disfagia a base de mosto, colorante alimentario verde y espesante, ingredientes con los que se obtiene una textura similar a la miel (IDDSI 3), y otra con una consistencia parecida al pudin (IDDSI 4), que se puede presentar en la mesa con 12 cucharillas para su ingesta.
En el vídeo los expertos del Hospital Quirónsalud Madrid explican paso a paso la mezcla que debe realizarse para adaptar las uvas a personas con disfagia, con distintos tipos de espesantes según el nivel de complicación de la enfermedad.
Los enfermos de disfagia no solo se enfrentan a problemas de desnutrición, a la vez este trastorno impacta de lleno en la vida social que se ve muy limitada para ellos e indirectamente para sus allegados. “Muchos momentos de nuestra vida tienen como protagonista al alimento y la persona con disfagia suele verse aislada por sus problemas para tragar. Las campanadas de Año Nuevo es uno de esos momentos en lo que la persona con disfagia se ve aislada de su núcleo familiar y prefiere no participar en esta tradición que le puede suponer un riesgo”, señala Paniagua.
Asimismo, Silvia Verónica Domínguez Ovejas, otorrinolaringóloga de la Unidad de Disfagia y Trastornos de la Deglución de Quirónsalud Madrid, “cree que no hay que despreciar los síntomas emocionales que padecen estos pacientes debido a la incapacidad para poder alimentarse y el miedo a atragantarse, que les acompañan en su día a día disminuyendo la calidad de vida”.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) estima que en España sufren disfagia más de 2,5 millones de personas y el 90% no están diagnosticadas ni reciben tratamiento o la alimentación adecuada, advierte esta organización.
Cómo actuar si las uvas se atragantan
Las uvas son uno de los alimentos con más riesgo de atragantamiento, junto con los frutos secos, especialmente para los niños y personas mayores. Pero cuidado también con el jamón serrano y la carne, advierten los expertos, quienes aconsejan comer despacio y masticar bien para evitar atragantarse.
En caso de atragantamiento, los especialistas recomienda dejar a la persona toser para ver si así se expulsa la comida alojada en la garganta. Si esto no resulta efectivo, una vez que haya dejado de toser, la primera acción a realizar es dar 5 palmadas fuertes en la espalda de la persona afectada si esta es adulta o mayor de 1 año (ligeramente inclinada hacia adelante). Si esto no funciona, se debe practicar la maniobra de Heimlich. Y si no responde a esta compresión abdominal, el siguiente recurso sería efectuar la maniobra reanimación cardiopulmonar (RCP).
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