Algunas urgencias médicas se resuelven en el centro de salud y otras precisan atención hospitalaria o llamar al 112. La casuística es muy variada, pero existen criterios de gravedad que pueden ayudar a decidir dónde acudir.
¿Cuántas veces se ha criticado el mal uso que hacen los ciudadanos de las urgencias? Es cierto que algunas personas tienden a ir al hospital ante cualquier nimiedad, pero también hay quien no acude a los servicios médicos casi nunca o lo hace con retraso. Esta última actitud es potencialmente peor, ya que supone atender tarde y mal muchas emergencias que ponen en riesgo la vida.
Nadie (o casi nadie) acudiría a urgencias porque a su hijo se le ha caído un diente de leche y todo el mundo tiene claro que una hemorragia masiva requiere atención urgente. Sin embargo, hay muchas situaciones en las que no es tan fácil discernir si es necesario acudir cuanto antes al médico y, sobre todo, resulta especialmente difícil decidir el dispositivo de atención: las urgencias hospitalarias o el centro de salud.
Para Victoria Fernández, miembro del Grupo de Trabajo de Urgencias y Emergencias de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la decisión de acudir al hospital hay que tomarla siempre ante “cualquier síntoma brusco que aparece en segundos-minutos y es lo suficientemente intenso, es decir, que no te permite continuar con tu vida normal”.
Criterios para decidir cuándo llamar al 112 o acudir al hospital
Rosa Pérez, coordinadora de SEMES Divulgación en la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, señala que el primer paso es saber cuándo hay que llamar al teléfono 112 y cuándo hay que ir directamente al hospital. “El 112 es un teléfono de emergencias y no sirve para preguntar si algo es una emergencia o no; solo es para llamar cuando la tienes”, precisa.
Cuándo marcar el 112
Siempre que se produce una pérdida de conocimiento.
Ante un dolor en el pecho que oprime y dificulta la respiración. Podría ser un infarto.
Ante los síntomas de ictus, entre los que destacan: la boca se tuerce hacia un lado; hablar de manera rara, lenta o con palabras sin sentido; perder la fuerza de una pierna, un pie o una mano, o bien de una mitad del cuerpo.
Ante un accidente de tráfico en el que puede haber heridos.
Fracturas o quemaduras de gravedad.
Una reacción alérgica grave tras la ingestión de alimentos. Los síntomas suelen ser: dificultad para respirar, enrojecimiento, los ojos se cierran…
Un atragantamiento grave.
Cuándo ir directamente al hospital
Tras sufrir un traumatismo que provoca una deformidad importante en una extremidad. También en caso de fractura abierta (se ve el hueso).
Una herida abierta que no deja de sangrar después de taparla con una gasa o un pañuelo limpio y presionar durante varios minutos.
Dolores muy intensos (de cabeza, de tripa…) que comienzan de forma súbita.
Personas que presenten fiebre alta y padezcan una enfermedad crónica (especialmente, patologías que debiliten el sistema inmunitario). Fernández aclara que, en personas sanas, “tener 39,5 o 40ºC de fiebre no es, por sí sola, una indicación de ir a urgencias”. Cuestión aparte es si se trata de una fiebre persistente acompañada de otros síntomas, como un bajo nivel de conciencia o dificultad respiratoria.
Menores de 3 meses con fiebre (temperatura mayor de 38ºC).
Ingesta de productos tóxicos o sobredosificación de medicamentos.
En caso de gastroenteritis, cuando una persona lleva más de 24 horas con vómitos, ya que corre el riesgo de deshidratarse.
Tras sufrir un golpe fuerte en la cabeza, sobre todo si se ha producido una pérdida de conocimiento.
En caso de resfriado, gripe o Covid-19, cuando cuesta respirar. “Si la persona siente que no le entra aire en los pulmones y respira con mucha dificultad”, explica Pérez.
Problemas urgentes que se pueden tratar en el centro de salud
El criterio general para acudir al centro de salud y, de este modo, evitar colapsar las urgencias hospitalarias, es que se trate de una urgencia menos grave. Estos son los casos más frecuentes:
Ante una contusión o golpe que no ha sido de gravedad. Por ejemplo, un esguince leve.
Una herida que puede necesitar puntos de sutura, pero que no sangra demasiado o que ha dejado de sangrar después de presionar durante unos minutos.
Erupciones cutáneas de todo tipo: granitos, sarpullidos, manchas rojas… Únicamente hay que acudir al hospital cuando se acompañan de otros síntomas que podrían indicar que se está produciendo un cuadro grave, como un shock anafiláctico. “Incluso si solo se hincha un poco el labio o los ojos se puede ir perfectamente a urgencias del centro de salud”, indica Fernández. “Una cuestión distinta es que se asocie a fatiga o dificultad para respirar, en cuyo caso sí que hay que ir al hospital”.
En caso de resfriado no es necesario acudir al centro de salud inmediatamente, pero sí cuando han transcurrido unos cuatro días con fiebre persistente y no hay ningún signo de mejoría, y con mayor razón si se ha producido un empeoramiento en ese periodo de tiempo.
La coordinadora de SEMES Divulgación señala que algunas cuestiones menos urgentes se pueden solucionar “llamando a los teléfonos específicos de Salud Responde que hay en casi todas las comunidades autónomas”. También se puede recurrir a ellos para resolver dudas sobre dónde hay que ir ante una urgencia médica.
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